TRANQUINAL Comprimidos

BAGO

Alprazolam

Sistema Nervioso Central : Tranquilizantes Ansiolíticos

Composición: Cada comprimido contiene: Alprazolam 0.5 mg. Excipientes: Estearato de Magnesio; Croscarmelosa Sódica; Lactosa Monohidrato; Colorante FD&C Azul Nº 2; Celulosa Microcristalina.
Acción Terapéutica: Derivado benzodiazepínico con propiedades ansiolíticas, antipánico, anticonvulsivantes, hipnótico-sedantes y antidepresivas.
Indicaciones: Desórdenes de ansiedad Estados de ansiedad asociada a depresión. Ataques de pánico con o sin agorafobia.
Propiedades: Farmacodinamia: Alprazolam es un derivado benzodiazepínico con propiedades ansiolíticas, sedativas y anticonvulsivantes. Las benzodiazepinas actúan como depresores del SNC, produciendo todos sus niveles de depresión, desde una leve sedación hasta hipnosis, con dependencia de la dosis. Estimula los receptores de GABA (ácido gammaaminobutírico) en el sistema reticular activador ascendente. Dado que el GABA es inhibidor, la estimulación de los receptores aumenta la inhibición y bloquea la excitación cortical y límbica después de estimular la formación reticular del tallo cerebral. Farmacocinética: Absorción: Se absorbe en forma rápida y total alcanzando concentraciones plasmáticas máximas al cabo de 1-2 horas de su ingestión. Su biodisponibilidad vía oral es del 92%. La vida media plasmática luego de una dosis oral única es de 12-15 horas. Distribución: Posee un volumen de distribución de 3l/kg y fijación a proteínas de un 85%. Metabolismo: La transformación metabólica del alprazolam se produce en el hígado. Los principales metabolitos son el alfahidroxialprazolam y un derivado de la benzofenona. Eliminación: Se elimina metabolizado por vía renal. La vida media de eliminación promedio es de 11.2 horas (rango 6.3 a 26.9 horas).
Posología: Ansiedad: Administrar 0.25-0.5 mg 3 veces al día, hasta un máximo de 4 mg diarios administrados en dosis divididas. En adultos mayores la dosis recomendada es 0.25 mg 3 veces al día, la que debe ser ajustada según necesidad y tolerancia. Crisis de pánico: Las dosis van desde los 0.5-1.0 mg 3 veces al día hasta un máximo de 10 mg diarios. Depresión: Dosis entre los 2.5-3.0 mg diarios repartidos en dosis divididas. Alimentos: Los alimentos retardan la absorción del alprazolam. Uso prolongado: La duración del tratamiento deberá ser lo más corto posible, generalmente, no debe ser superior a 8-12 semanas, incluyendo el período de supresión del medicamento. En algunos casos puede necesitarse una extensión del tratamiento previa evaluación del estado del paciente. El tratamiento de trastornos por angustia tiene una duración global de 6 meses. El uso prolongado de este medicamento causa dependencia, por lo cual, en pacientes tratados durante 2 o más semanas de forma ininterrumpida, la suspensión del medicamento deberá realizarse de forma gradual. Se recomienda que las disminuciones diarias de la dosis no excedan de 0.25 mg cada 3 días. Sin embargo, algunos pacientes pueden precisar una reducción más lenta. Nunca debe prolongarse el tratamiento sin una reevaluación de la situación del paciente. Puede ser útil informar al paciente al comienzo del tratamiento de que éste es de duración limitada y explicarle de forma precisa cómo disminuir la dosis progresivamente. Además es importante que el paciente sea consciente de la posibilidad de aparición de un fenómeno de rebote, lo que disminuirá su ansiedad ante los síntomas que pueden aparecer al suprimir la medicación. Uso en menores de edad: La seguridad y la eficacia del uso de alprazolam en niños no han sido establecidas. Uso no recomendado en menores de 18 años.
Efectos Colaterales: Los efectos adversos de alprazolam son, en general, frecuentes y moderadamente importantes. El perfil toxicológico de este fármaco es similar al del resto de benzodiazepinas ansiolíticas. En la mayor parte de los casos, las reacciones adversas son una prolongación de la acción farmacológica y afectan principalmente al sistema nervioso central. El 50% de los pacientes experimenta somnolencia transitoria, durante los primeros días de tratamiento. Raramente los pacientes tratados con este medicamento se ven obligados a suspender el tratamiento. Las reacciones adversas más características son: Muy frecuentemente (>25%): Somnolencia, confusión y ataxia, especialmente en ancianos y debilitados; si persisten estos síntomas se debe reducir la dosis. Frecuentemente (10-25%): Mareos, sedación, cefalea, depresión, desorientación, disfasia o disartria, reducción de la concentración, temblor, cambios en la líbido, incontinencia urinaria, retención urinaria, náuseas, vómitos, diarrea, estreñimiento, sequedad de boca, hipersalivación, dolor epigástrico. Ocasionalmente (1-9%): Hepatitis, ictericia, dermatitis, urticaria, prurito, leucopenia, agranulocitosis, anemia, trombocitopenia, eosinofilia, alteraciones del comportamiento, amnesia anterógrada, excitación paradójica, psicosis, alteraciones de la visión, diplopia, nistagmo, alteraciones de la audición. Raramente (<1%): Depresión respiratoria, hipotensión, hipertensión, bradicardia, taquicardia, palpitaciones, episodios de manía e hipomanía.
Contraindicaciones: Alprazolam está contraindicado en aquellos pacientes con hipersensibilidad conocida a las benzodiacepinas, en casos de insuficiencia respiratoria severa, síndrome de apnea del sueño e insuficiencia hepática severa. Alprazolam está también contraindicado en pacientes que padecen miastenia gravis, ya que puede agravar esta enfermedad, y en pacientes con glaucoma de ángulo estrecho, ya que puede aumentar la presión intraocular. Debido a que las benzodiacepinas se excretan por la leche materna, su uso está contraindicado en madres lactantes.
Advertencias: No se ha establecido la utilidad de alprazolam en ciertos casos de depresión: depresión con rasgos psicóticos, en los trastornos bipolares y en la depresión endógena, es decir, en pacientes hospitalizados severamente deprimidos. En pacientes con trastornos de la función renal o hepática deberán ser observadas las precauciones habituales. Se recomienda disminuir la dosis en pacientes con insuficiencia respiratoria crónica, debido al riesgo de depresión respiratoria. Tolerancia: Después de un uso continuado durante algunas semanas, puede detectarse un cierto grado de pérdida de eficacia con respecto a los efectos hipnóticos. Dependencia: El tratamiento con benzodiacepinas puede provocar el desarrollo de dependencia física y psíquica. El riesgo de dependencia se incrementa con la dosis y duración de tratamiento y es también mayor en pacientes con antecedentes de consumo de drogas de abuso o alcohol. Una vez que se ha desarrollado la dependencia física, la finalización brusca del tratamiento puede acompañarse de síntomas de retirada, tales como cefaleas, dolores musculares, ansiedad acusada, tensión, intranquilidad, confusión e irritabilidad. En los casos graves, se han descrito los siguientes síntomas: Despersonalización, hiperacusia, hormigueo y calambres en las extremidades, intolerancia a la luz, sonidos y contacto físico, alucinaciones o convulsiones. Se debe tener en cuenta que, a menudo, cuando se suprime la terapia en pacientes con trastornos por angustia, los síntomas asociados con la recurrencia de la crisis de angustia se asemejan con los de la supresión. Insomnio de rebote y ansiedad: Se ha descrito un síndrome de carácter transitorio tras la retirada del tratamiento, caracterizado por la reaparición de los síntomas -aunque más acentuados- que dieron lugar a la instauración del mismo. Se puede acompañar por otras reacciones tales como cambios en el humor, ansiedad o trastornos del sueño e intranquilidad. Ya que la probabilidad de aparición de un fenómeno de retirada/rebote es mayor después de finalizar el tratamiento bruscamente, se recomienda disminuir la dosis gradual hasta su supresión definitiva. Amnesia: Las benzodiacepinas pueden inducir una amnesia anterógrada. Este hecho ocurre más frecuentemente transcurridas varias horas tras la administración del medicamento. Reacciones psiquiátricas y paradójicas: Las benzodiacepinas pueden producir reacciones tales como intranquilidad, agitación, irritabilidad, agresividad, delirios, ataques de ira, pesadillas, alucinaciones, psicosis, comportamiento inadecuado y otros efectos adversos sobre la conducta. En caso de que esto ocurriera, se deberá suspender el tratamiento. Estas reacciones son más frecuentes en niños y ancianos. Grupos especiales de pacientes: Las benzodiacepinas no deben administrarse a niños a no ser que sea estrictamente necesario; la duración del tratamiento debe ser la mínima posible. Los ancianos deben recibir una dosis menor. También se recomienda utilizar dosis menores en pacientes con insuficiencia respiratoria crónica por el riesgo asociado de depresión respiratoria. Las benzodiacepinas no están indicadas en pacientes con insuficiencia hepática severa, por el riesgo asociado de encefalopatía. La utilización de benzodiacepinas puede desenmascarar una depresión preexistente. Las benzodiacepinas no están recomendadas para el tratamiento de primera línea de la enfermedad psicótica. Las benzodiacepinas no deben usarse solas para el tratamiento de la ansiedad asociada a depresión (riesgo de suicidio). Las benzodiacepinas deben utilizarse con precaución extrema en aquellos pacientes con antecedentes de consumo de drogas o alcohol.
Precauciones: Embarazo y lactancia: En diferentes estudios se ha observado un aumento en el riesgo de malformaciones congénitas asociadas al tratamiento con benzodiacepinas durante el primer trimestre del embarazo. Debido a que el uso de estos fármacos raramente es cuestión de urgencia, deberá evitarse el empleo de alprazolam durante este período de tiempo. Si el producto se prescribe a una mujer que pudiera quedarse embarazada durante el tratamiento, se le recomendará que a la hora de planificar un embarazo o de detectar que está embarazada, contacte con su médico para proceder a la retirada del tratamiento. Si, por exigencia médica, se administra el producto durante una fase tardía del embarazo, o a altas dosis durante el parto, es previsible que puedan aparecer efectos sobre el neonato como hipotermia, hipotonía y depresión respiratoria moderada. Los niños nacidos de madres que toman benzodiacepinas de forma crónica durante el último periodo del embarazo pueden desarrollar dependencia física, pudiendo desencadenarse un síndrome de abstinencia en el período postnatal. Efectos sobre la capacidad de conducir y operar maquinaria: La capacidad para conducir vehículos y utilizar maquinaria puede verse negativamente afectada por la sedación, amnesia, dificultad en la concentración y deterioro de la función muscular que pueden aparecer como consecuencia del tratamiento. Además, los períodos de sueño insuficientes pueden incrementar el deterioro del estado de alerta (ver Interacciones).
Interacciones Medicamentosas: Medicamentos: Se debe informar a su médico de todos los medicamentos que está tomando, ya sea con o sin receta. Las benzodiazepinas, incluyendo el alprazolam, producen efectos depresores adicionales sobre SNC, cuando son coadministrados con otros psicotrópicos, anticonvulsivantes, antihistamínicos, etanol u otras drogas depresoras del SNC. Se ha informado que la concentración plasmática de imipramina y desipramina se incrementa en un 31% y 20% respectivamente, con la concomitante administración de alprazolam en dosis de hasta 4 mg/día. El significado clínico de estos cambios es desconocido. Aunque las interacciones entre las benzodiazepinas en las pruebas de laboratorio clínico han sido informadas, ocasionalmente, no hay un patrón consistente para una droga específica o una prueba específica. Generalmente, no se requiere la realización de estudios de laboratorio, especialmente en personas sanas. Interacciones del alprazolam con drogas que inhiben el metabolismo, vía el citocromo P 450 3A, de posible importancia clínica cuando se las administra en conjunto: Fluoxetina: La administración conjunta de fluoxetina y alprazolam aumenta las concentraciones plasmáticas máximas del alprazolam en un 46%, disminuye el clearance en un 21%, incrementa la vida media en un 17% y disminuye el rendimiento psicomotor. Propoxifeno: La administración conjunta de propoxifeno y alprazolam disminuye la concentración plasmática de alprazolam en alrededor del 6%, retarda la eliminación en un 38% e incrementa la vida media del mismo en un 58%. Anticonceptivos orales: La administración conjunta de anticonceptivos con alprazolam aumenta la concentración plasmática máxima de alprazolam en un 18%, disminuye la eliminación en alrededor de un 22% e incrementa la vida media en un 29%. Nefazodona: Duplica la concentración plasmática máxima de alprazolam. Fluvoxamina: Duplica la concentración plasmática máxima de alprazolam, disminuye la eliminación en un 49% e incrementa la vida media en un 71% y disminuye el rendimiento psicomotor. Cimetidina: Aumenta la concentración plasmática máxima de alprazolam en un 86%, disminuye la eliminación en alrededor de un 42% e incrementa la vida media en un 16%. Las interacciones entre los inhibidores de las proteasas del HIV (ritonavir) y el alprazolam son complejos y tiempo dependientes. Bajas dosis de ritonavir han dado como resultado grandes alteraciones en el clearance de alprazolam, prolongada eliminación por aumento de la vida media del compuesto y aumento de los efectos clínicos de dicha medicación. Sin embargo, cuando se producen prolongadas exposiciones al ritonavir, el complejo de inducción CYP3A compensa esta inhibición. Esta interacción podría requerir un ajuste de dosis o discontinuar el tratamiento con alprazolam. Otras benzodiazepinas que inhiben al citocromo P450 3A cuyo metabolismo es semejante al alprazolam: Se debe tener precaución cuando se administra alprazolam en conjunto con diltiazem, isoniazida, antibióticos macrólidos del tipo de la eritromicina y claritromicina y con jugo de frutas. Los datos extraídos de estudios in vitro con alprazolam sugirieron una posible interacción con sertralina y paroxetina. Los datos extraídos de estudios in vitro con otras benzodiazepinas sugirieron una posible interacción con: ergotamina, ciclosporina, amiodarona, nicardipina y nifedipina. Exámenes de laboratorio: El alprazolam puede alterar los resultados de los análisis de adrenalina en sangre.
Sobredosificación: Síntomas: Las manifestaciones por sobredosis de alprazolam incluyen somnolencia, confusión, alteración en la coordinación motora, alteración en el habla (saltearse palabras), coma y depresión respiratoria. No se han observado secuelas serias, excepto cuando se administran otras drogas o etanol, en forma concomitante con alprazolam. Tratamiento: El tratamiento por sobredosis consiste primariamente en medidas de soporte de la función respiratoria y cardiovascular. La utilidad de la diálisis como medida terapéutica no ha sido determinada. El flumazenil, un antagonista específico de los receptores para benzodiazepinas está indicado para la reversión total o parcial de la sedación producida por benzodiazepinas y puede utilizarse cuando se sospecha o se diagnostica una sobredosis de benzodiazepina. Antes de administrar el flumazenil es necesario instituir medidas para mantener la vía aérea permeable, ventilación y un acceso endovenoso. El tratamiento con flumazenil es adyuvante pero no un sustituto del tratamiento apropiado de la sobredosis de benzodiazepinas. El flumazenil puede provocar convulsiones en pacientes bajo tratamiento prolongado con benzodiazepinas y en los casos de sobredosis de antidepresivos tricíclicos. Se debe monitorear cuidadosamente a los pacientes tratados con flumazenil para evitar la depresión respiratoria, y otros efectos residuales de las benzodiazepinas durante un período adecuado luego del tratamiento. Es importante que el médico sea consciente del riesgo del tratamiento con flumazenil, especialmente en pacientes que utilizan benzodiazepinas durante tiempo prolongado y ante la sobredosis de tricíclicos. Se debe leer el prospecto de flumazenil en forma completa antes de su utilización.
Presentaciones: Envase conteniendo 30 comprimidos.